Parece que para las autoridades sanitarias, este hospital de referencia para la salud mental en Gran Canaria es un simple amasijo de cemento, sin tener en cuenta que dentro habitan seres humanos que en el día a día son tratados de manera vejatoria por las altas instancias sanitarias. Dígase de las Gerencias del Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín y la del Complejo Hospitalario Universitario Insular – Materno Infantil, toda cuenta que ambas tienen derivados pacientes psiquiátricos, Rehabilitación Infantil, Unidad de Drogodependencia, etc; además de que se ubican allí varias unidades administrativas dependientes de la Consejería de Sanidad.
Desde hace algo más de un mes SEPCA presentó denuncia a la Inspección de Trabajo en relación a la precariedad de las instalaciones en materia de acceso a las plantas mediante ascensores, ya que desde hace más de un año solo funcionan dos de ellos, parcialmente porque la mayoría del tiempo están averiados. Sin ir más lejos, este pasado fin de semana el edificio principal se quedó sin ascensores durante parte de la tarde, continuando el resto de la semana con un solo ascensor en funcionamiento.
Otra consecuencia directa de la falta de ascensores es la barbaridad tercermundista, además de insalubre, de que en el mismo ascensor que se sube la comida para los pacientes, se baja la basura que se genera en las plantas. No sabemos si están funcionando las unidades de prevención o también tenemos que presentar denuncia al respecto ante Salud Pública.
Cabe preguntarse si estas personas que se encargan de la gestión de este hospital, comparan esta circunstancia a la de si en sus casas se pasara la comida por al lado del cubo de la basura antes de servirla en la mesa.
Hace falta que recordemos también, porque ni siquiera se les pasa por la cabeza y si se les pasa les da igual; que en ese edificio residen pacientes que necesitan de andadores o sillas de ruedas para desplazarse y por culpa de pésima gestión de estas personas que cobran por gestionar bien estos servicios públicos, se ven imposibilitadas de moverse de sus plantas y tienen que pasar los días encerrados y aisladas.
Se necesita hipocresía para que luego se afanen tan insistentemente por las auditorias de calidad. Por lo que tienen que preocuparse en por los problemas reales de las personas usuarias y no de tener estrellitas ficticias, que no redundan en nada sobre la calidad asistencial.
Nos preguntamos qué opina de esto la Consejera de Sanidad, si es que tiene opinión o está enterada, porque parece como si este asunto, al igual que otros que afectan a la Sanidad Pública Canaria no fuera con ella.
Canarias, 5 de febrero de 2025